“Sé que llevas más de media vida entre libros y apuntes, que a veces
pierdes la motivación, y que el camino es difícil y terriblemente largo.
Pero, por favor, no cedas. No te rindas en todas esas ocasiones en que
tendrás que rechazar un plan por estudiar. Tampoco lo hagas cuando el
sol entre por tu ventana, invitándote a salir a ti por la puerta. Sé que
será duro escuchar el silencio de una casa en la que todos duermen
mientras tú das el penúltimo repaso. Conozco de sobra esa
sensación de derrota cuando le entregas todo tu tiempo, tu ilusión, tus
nervios y tu capacidad a un examen que, finalmente, no sale como
esperabas. Y que añoras tu tiempo libre, tus amigos, tu siesta, y que tu
familia ha desarrollado el increíble poder de soportar tu carácter en
exámenes. Pero, ahora, no puedes rendirte.
Muchos se han quedado por el camino y te planteas un millón de veces si
tu decisión ha sido correcta, si el sacrificio merece la pena, o si
sería mejor haber elegido cualquier otra opción más fácil. No te rindas,
porque TÚ eres lo que este mundo necesita, porque tu capacidad de
sacrificio te dará a ti un futuro mejor y a todos una sociedad mejor.
Porque por mucho que a veces dudes, si llevas más de media vida
formándote para esto, es porque realmente te gusta. No importa cuantas
veces lo aborrezcas y reniegues de tus decisiones, estoy segura de que
cada una de ellas han hecho de ti una mejor persona. No te rindas,
porque sé que en mitad de esa soledad de las noches en vela y los cafés
cargados, sonará el teléfono y encontrarás una voz amiga que conseguirá
animarte. Tú también llorarás con una nota de examen y tratarás de
buscar las palabras para que los demás entiendan que para ti no es sólo
un número, que detrás de esa calificación está tu esfuerzo y, sobretodo,
tus sueños. Y podrás llorar un día, pero al día siguiente tienes que
levantarte de nuevo y comerte el mundo. Un mundo que te pertenece. No
cedas. Porque a la sombra de este proyecto está tu familia, que se
siente orgullosa de ti y hace suyos tus triunfos. Porque ese futuro que
tanto ansías llegará, más tarde o más temprano, pero llegará. Y mientras
llega, disfruta de los descansos en la biblioteca, del deporte, del
ratito en el sofá, de los detalles de tus padres para hacerte la rutina
más sencilla, de los repasos con tus compañeros, de las risas entre
amigos, del chocolate y del té, de una vela nueva en tu escritorio, de
sentirte identificado con otras personas, de un abrazo de ánimo y de
todos esos colegas que conocerás por el camino y que nutrirán tu
experiencia a través de la suya.
No te rindas. Porque vas a conseguirlo, porque aunque no lo creas, ya lo estás consiguiendo”.
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